SÓLO POR GRACIA.....

En estos días, qué no perder de vista: el por qué de las Pascuas.

Los días de sufrimiento de Cristo, y su posterior muerte cruel en la cruz.

Un Dios Triuno, que en su inmensa misericordia, en la Persona del Hijo, se rebaja a nuestro nivel, para darnos la esperanza de salvación, de libertad, de compasión, de paz y de perdón, en este mundo sin amor, inmisericorde.

Un Cristo que abandona voluntariamente su condición divina, en un acto supremo de Amor perfecto, para convivir con el ser humano, exhortándolo al cambio, la obediencia a sus consejos, a la búsqueda de la pureza, el amo

r limpio y fraterno por toda su creación, sobre todo con el prójimo. Y para ello, dio el ejemplo, de cada una de las cosas que predicaba, que esperaba que hiciéramos.

Pero, sobretodo nos concedió la posibilidad de perdón, cuando expiró en la cruz. Restableció el lazo que se había roto por el pecado, entre Dios Padre y el hombre, a través de su sangre, su sacrificio.

El pecado de nuestros primeros padres, nos trajo la maldición del pecado: la muerte.

Pues Jesús, se cubrió con esa maldición, al enfrentar la muerte voluntariamente, separándose momentáneamente de su Padre, una relación eterna, por el peso del pecado cargado en el madero.

Y luego, nos dio el mayor regalo al resucitar, venciendo el reino de la muerte: la posibilidad de resurrección para los que mueran en su Amor y de vida eterna conjuntamente con los que sean llevados a la Santa Ciudad, en su segunda venida.

Su regalo, gracia inmerecida, una vida eterna, de justicia, paz y amor perfectos, junto a Él, donde nunca más la muerte existirá.

Así pues, que con ello presente ante nosotros, sea con humildad y espíritu de arrepentimiento por nuestras faltas y de perdón para con nuestros prójimos, que enfrentemos un nuevo recordatorio de Su muerte y resurrección.

Felices Pascuas.